Aunque estamos en un momento de recambio la huerta siempre tiene algo para dar. En este caso fueron los pimientos (que tuve que cubrir para que las heladas no los maten del todo), algunos coliflores que resistieron estoicamente el calor del verano y varias hojas: rúcula, mostaza, lechuga y acedera.
Con los pimientos (cortados en tiritas y salteados) preparamos unas brusquetas espectaculares para el copetín del sábado a la noche con amigos y las hojas fueron a parar a una gran ensalada verde que acompañó el plato principal. Todo fresco y muy sabroso, y compartido con amigos mejor todavía!