Septiembre suele ser un mes bastante verde en mi jardín, y con estas lluvias más todavía. Hoy salí a trabajar y me encontré con los Viburnum opulus llenos de pimpollos, una verdadera belleza.
Ayer fui al vivero y me tenté con otro Viburnum caduco, el V. plicatum. Según lo que estuve leyendo también se pone rojo en otoño, así que le buscaremos un buen lugar para que se destaque.

Las frambuesas disfrutan de su nueva ubicación y florecen sin parar, ya se ven también algunos frutos formándose.
El manzano, como siempre brinda un espectáculo único. Sus flores no tienen aroma, pero no importa porque está al lado de los naranjos que siguen inundando el jardín con su perfume.
El manzano sobre la casita negra y con el entorno verde de las nuevas brotaciones.
El manzano (Malus sylvestris) y las acacias blancas (Robinia pseudoacacia), dos árboles caducos con floración blanca en la primavera.
La Salvia gregii es una herbácea perenne que florece prácticamente todo el año, mide aproximadamente 40 cm de altura y puede plantarse a pleno sol o en la media sombra.
Otra de las alegrías del jardín hoy son los Iris germánicos, hay de diversos colores, en mi jardín solo blancos, lilas y violetas.
Los clásicos y nobles allisum son flores de estación ideales para combinar con bulbosas u otras plantas en macetas, o para plantar en canteros. Florecen durante varios meses y se resiembran solos.
Y el noble y resistente azarero (Pittosporum tobira), hoy me deleitó con su perfume que se mezcla con el de los azahares (de ahí su nombre común), si bien es considerado un arbusto muy común y a veces invasor porque se resiembra solo, me gusta su resistencia a la sombra y el perfume de sus flores que es único.